Los que me conozcan bastante habrán notado en mí una curiosa evolución acerca al Erasmus. Recuerdo que la primera vez que oí hablar sobre esta beca fue en una revista, donde el reportaje sobre esta revolucionario beca iba acompañado de testimonios. Simplemente se me hizo la boca agua. Pensé que cuando fuera mayor yo debería irme de Erasmus y vivir. Vivir experiencias, conocer gente. Para mí eso era "vivir". Poco después descubrí leyendo otra revista lo que era el InterRail. Quedé de nuevo fascinada.
Basta saltarme un poco más de prólogo para contar que cuando tuve la oportunidad de conseguir llegar a esas "metas", saltaba de alegría cual niña con vestido nuevo. Imaginaba cientos de cosas, ciento de gentes que conocería, ciento de cientos. Era "adulta", había entrado en la Universidad y cientos de puertas se abrían ante mí. Pero no siempre los cuentos acaban bien. Muchas veces, el tiempo ha hecho modificaciones para que esos cuentos sean dulces. Yo teñí de tontería el Erasmus y tapé con un velo el InterRail.
Pasaron pocos años sin querer realmente ver la realidad, y de nuevo lo volví a comprender todo. Había sido tonta al dejar escapar algo, mis ideales, por creer en otra cosa. Creé un cuento con un final y ese final resultó no existir. Con las botas puestas de nuevo volví a abrirme camino, a pensar que aún estaba a tiempo, a que me subía al tren o nunca más podría cogerlo... y me volví a equivocar. Mi tren ya había pasado y me he subido en el tren equivocado. O bueno, podríamos decirlo de otra manera. Me he subido en un compartimento vacío y, en el otro compartimento está él. Las puertas entre compartimentos están cerradas y no puedo abrirlas con el tren en marcha.
Lo único que hace que no me baje del tren es pensar que con este viaje estaré aún más cerca de él, y él es el único que comprenderá esta frase. Porque realmente toda mi vida ha sido una contradicción. Porque siempre he querido conocer mundo y no lo he hecho, o lo he hecho en una pequeña parte proporcional al total. Porque tú ahora mismo eres mi mundo y eso, planeta mío, no estaba en los planes.
The falling leaves drift by the window, The autumn leaves of red and gold, I see your lips, the summer kisses, The sun-burned hands I used to hold Since you went away the days grow long, And soon Ill hear old winters song, But I miss you most of all my darling, When autumn leaves start to fall