Ahora mismo me encuentro como si fuera a realizar de nuevo el selectivo. Las mismas ganas de que pase todo, la misma sensación de tirarlo todo por la borda pero teniendo, a la vez, un sentimiento de querer conseguirlo.
Dolor de cabeza por no dormir y aguantar el sueño a base de bossa nova y agua embotellada. Un viaje de cuatro horas. Dos esperando en el aeropuerto, casi otras dos de vuelo y otra hora en autobús hasta Bologna. Comienzo a odiar un poco los aeoropuertos, igual que cuando cogía mucho el metro para hacer tropecientos viajes de ida y vuelta en un mismo día a mi casa.
No duermo, sólo levito sobre mi cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario