sábado, 9 de febrero de 2008

la padella monstruosa

Momento en que nuestra linda casa italiana casi fallece quemada.
A nuestro querido coinquilino de Lecce (al sur, muy al sur de Italia, allá por el taconcito) se le ocurrió poner en el fuego una padella con aceite e irse a seguir-a-saber-qué en su cuarto, mientras el fuego calentaba algo de aceite que había desparramado en los fogones. Al llegar a la cocina se encontró unas llamas (de la hostia) porque la pequeña llama del gas (esa que es azulita, mona, medio anaranjada) había prendido el poco aceite desparramado, éste se había incendiado y había saltado al aceite que había dentro de la padella. Nuestro querido coinquilino, con una inteligencia que asombra, coge la padella por el mango y la pasea por la cocina hasta llegar al balcón, desparramando por el camino llamas por doquier.
Resultado: una padella en el balcón desde hace unos días, sin que nadie la toque, apagada con un vaso de agua (ahí de nuevo actuación de nuestro querido coinquilino, que se vio sorprendido con una nueva llamarada al derramar el agua sobre la padella).
Finalmente el fuego fue apagado, pero después todo el edificio olía a buñuelos recién hechos.

4 comentarios:

Sus dijo...

Lo flipo.

Little Padawan dijo...

Por cierto, la padella terminó en la basura y el suelo sigue estando aceitoso :S

Anónimo dijo...

Todavía hoy, los periódicos siguen en el suelo... absorviendo aceite.

Si al final me toca limpiarlo a mi, a continuación me dejaré caer delicadamente por el balcón.

Puto Bourdieu. Lástima que ya esté muerto...

Anónimo dijo...

La que esta muerta es la paella... que falta de decoro y de todo. Vuestros comanyeros de piso son un enigma para mi, a qué se dedican ademas de a tener chuchos pulgosos y a chingar?

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