Ahora mismo escribo en una habitacion habitada por maletas, 8 personas, una cama, una mesa y una ventana. Tuvimos que estar en silencio toda la noche por miedo a que el casero (compañero de piso del anfitrión) se despertara y nos tirara a todos a la calle.
Todo empezó con un vuelo Valencia-Berlín junto a Nacho Vidal. Impresionante. El vuelo no fue para menos, pues nuestro querido Álex estuvo meditando con Ana Moya y conmigo sobre la depilación de ciertas partes masculinas que no se atrevía a depilar. Más de media hora de conversación, con detalles incluidos,corquis y demás. Las probes niñas de 2º ESO que iban en el asiento de delante estarían demasiado perturbadas y flipadas (o quizás no, las nuevas generaciones van que vuelan).
Llegada a Berlín, recogida de maletas que tardan un huevo en salir. Las pillamos y nos vamos a comer. Nos encontramos que nuestra compañía, Easyjet tiene el color naranja como marca propia y todo el estante de facturación es de un color naranja chillón. Descubrimos las nuevas teconologías de los alemanes para sacar las tarjetas de embarque y arreando que es gerundio.
Vuelo Berlín-Copenhaguen. Todos dormidos en el avión. Llegamos tras una hora de vuelo y nos abrazamos a nuestro anfitrión, Alberto, después de andar y andar por pasillos para recoger las maletas. La de Miki casi se queda en Berlín por sobrepeso (pobrecita, ahora hasta marginan a las maletas con sobrepeso).
Ainara (Milano-London-Copenhaguen) estaba esperándonos con Alberto. Falt solo Aina por aparecer. Nos enteramos de que ha perdido el vuelo en Londos desde Roma. Llegará un poco más tarde.
No pasa nada. Nos sentamos encima de las maletas, sacamos el fuet, el chorizo, el jamón serrano y el york y a jalar con pan de bimbo (somos más de pueblo que las bellotas con boina). Esperamos durante algunas horas 7 personajes tirados en el aeropuerto.
Una vez estamos los 8 amigos juntos, nos dirijimos a casa de Alberto. En nuestro camino nos encontramos con estaciones de metro sin conductor, rollo peli futurista, bicis tiradas por las calles y amontonadas... En fin, que dejamos las maletas en la casa y nos volvimos a bajar a la calle. Pillamos las bicis que nos habían conseguido pero robamos dos más que nos faltaban (creo). Entre medias nos pilla la poli dos veces por no llevar luces, bebemos limoncello mientras vamos en bici, silvamos la canción de Verano Azul (muy acorde con la ocasión) y nos relacionamos con más Erasmus (entre ellos unos catalanes).
Genial, para repetir...
1 comentario:
Kino85
Empieza entonces la avenura!! Más os vale sacar fotos a saco, porque me tenéis que ilustrar el viaje...
Quiénes sois al final los que os habéis lanzado a la aventura??
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