Once upon a time, había un país called España donde podías bañarte en aguas radioactivas sin sufrir ningún daño; donde los pantanos crecían por generación espontánea, el flamenco y los toros estaban hasta en la sopa; donde tenías que levantarte y andar hasta la caja tonta para poder cambiar de canal; donde los asientos en los transportes públicos eran decidos a quien lo necesitara; donde una opinión adulta valía por cien mil. A pesar de ello, años después, en el camino hacia la madurez democrática, la sensatez en ese país tiene sus días contados: - La racionalidad es teñida de rosa y dinamitada con explosivo TNT, aunque puede que también con Goma2. - Se suceden improperios hacia la persona que regentaba el bienestar de la nación y, en última instancia, hacia los civiles que quisieron que nuevos colores ambientaran su vida política. - El derecho a manifestarse recogido en el Artículo 21 de la Constitución de 1978 pierde todo significado al hacerse un uso tan excesivo y sin razón aparente. Su valor como derecho se ve transfigurado por un grupo de la población de este país. - Los "días sin" se convierten en "días normales". Ahora se le llama fashion. - El pasado es profranado sin querer remediar el presente y mirar hacia el futuro. - Los periódicos gratuitos pueblan los vagones de metro y los suelos de las estaciones en hora punta. Mientras, los ecologistas se echan las manos a la cabeza ante la desertificación que amenaza cada día un poquito más. - El paisaje, despoblado de árboles es poblado de nuevo con grúas de gran tamaño y de varios colores. El verde de la clorofila es sustituido por el marrón del ladrillo caravista. - La comida casera no se está perdiendo de generación en generación. Los supermercados son los encargados de que esos sabores persistan en el tiempo. - El agua pronto será considerada un "producto de lujo". ¿Se pagará el 16% de IVA por ella? - ...
"Ah, mais, mon ami, the ups and downs of life".
2 comentarios:
Olvidaba añadir que en ese país, una entrada para el concierto de The Police te cuesta más de 200€
Pena de 50 azotes con la goma del butano para todo aquél que vuelva a hablar de: la conspiración del 11-M, terroristas anoréxicos, el estatuto de Cataluña, o cualquier otro tema de esos de “vital importancia” que nos importan tres cojones.
Visto en: http://halondisparado.com/?p=1733
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