Lars von Trier nos sorprende después de varios dramas, con esta comedia carismática donde hace una ardua crítica al mundillo empresarial, a la falta de humanización dentro de una empresa grande. El film deja constancia del tono más realista de la historia de este grupo de trabajadores que se ven manipulados por un supuesto jefe (de todo esto) que nunca han tenido el gusto de conocer.
El director danés nos acompaña durante el relato explicándonos cómo se va sucendiendo la comedia al más puro estilo clásico, a través una (su) voz en off, mientras contemplamos los únicos planos de situación (los del exterior del edificio) que tendrá el film. Asimismo, el desencuadre de planos y la falta aparente de continuidad entre algunas escenas nos hace ver que estamos ante una peli de él.
Pero dejando de lado lo aparentemente técnico del film, Von Trier nos enseña algo que todas las personas sabemos pero que parecen que se nos ha olvidado: que todo podría ir mejor si nos olvidásemos de ser tan codiciosos, ya no en la vida empresasrial, sino en nuestras relaciones diarias. Que este mundo sería distinto.
Porque una cosa es evidente, y es que esa avaricia y esa soberbia empresarial la extrapolamos a nuestras relaciones interpersonales. Debemos ser capaces de valorar a nuestro vecino y un jefe, al que está por debajo de él, como algo más que un instrumento de trabajo. De la misma forma que un buen ambiente deriva en buenos resultados empresariales. En fin, que no es una de sus obras maestras, pero está muy bien. Si necesitas reírte, lo mejor que puedes hacer es meterte en el cine a verla. Te lenvatará el ánimo con las ocurrencias de los actores y, sobre todo, nos hace reflexionar un poco sobre las relaciones laborales. Ver trailer de "El Jefe de todo eso"
1 comentario:
Yo también me reí muchísimo viéndola. Aunque es verdad lo que dice uno de los personajes: 'esto es como el cine dogma, es difícil de ver pero es necesario'.
Brillante el momento falta de racord cuando están en el cine y el verdadero jefe de todo esto está comiéndose el helado. La nariz del ratón de fresa y nata es genial.
Un beso, Zoe!
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