- Algunos consiguen ponerse de mala hostia (de mal humor no, de mala hostia o de mala baba, que es peor).
- Otros simplemente se quedan embobados mirando algo (aplíquese en una partida de cartas. En ella se nota quién va fumao y quien no. Los especímenes que han fumado no se aclaran al ponerse las cartas, se quedan embobados mirándolas sin encontrar la que buscan, o simplemente no saben lo que buscan, se pierden, etc).
- El olvido de las cosas se hace presente. La memoria pez resurge en sus cabezas, perdiendo además el hilo de la conversación contínuamente.
- El tráfico de chocolate. Y no me llaméis exagerada, pero yo esto lo he vivido en mi propia carne (bueno, yo no he pasado, pero conozco gente que terminaron así).
Aviso: todos estos efectos secundarios pueden darse a la vez en una misma persona.
¿Y por qué digo todo esto? Porque estoy harta de que a la peña se le olviden las cosas, de que no pueda hablar nada serio o de trascendencia con ellos porque al segundo ni se acordarán, porque me ponen muy nerviosa cuando jugamos a las cartas y, sobre todo, porque son mis amigos y me da pena ver como destruyen neuronas por el simple hecho de... esto... vaya por dios! no encuentro ningún motivo para fumar porros.
PD: eso sí: yo siempre seré la rara y la mala de la película en cualquier discusión acerca de este tema.
2 comentarios:
ayyyyyyyyyyyy.... me ahorraré comentarios, jajajajajajajajaja
Ñañá!Mariconadas, fumar porros mola, sólo hay que saber bajarse a tiempo del carro (cosa que por otra parte hace más bien poca gente). Es verdad que, para no tener que bajarse del carro lo mejor es no subir, pero también es verdad que encima del carro te lo pasas bien. Si no lo has probado no sabes lo que se siente, ergo tu visión es, en este caso, incompleta. No ves motivos para fumar porros y lo entiendo, pero la gente tiende a criminalizarlos cuando hay muchas cosas por ahí que son también perjudiciales y nadie dice nada.
Por cierto, no has dicho nada del alcohol. Ni de las salchichas.
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