viernes, 19 de mayo de 2006

Un monte de cemento

Me da la sensación desde el último año que el mundo gira más deprisa y que yo, cual hormiguita ante un charcho de agua helada, yo me he quedado parada en un paso de cebra, con el futuro en la acera de enfrente y el pasado detrás de mí. Pero no puedo cruzar ese umbral, ese paso de cebra aunque el semáforo así me lo indique por miedo. Miedo a lo desconocido, miedo al futuro y nostalgia al pasado.

En este sentido, hoy sólo me enrollaré diciendo que la sensación arriba desarrollada viene debido a que vivo en 'algo' donde el concepto desarrollo y expansión están por encima del de bienestar y naturaleza. El barrio donde resido se caracteriza (¿o debería decir se caracterizaba?) por tener un bosque profundo de vegetación autóctona. Ahora, ahora eso desaparece.

Me talaron el bosque al que yo llamaba "El bosque de Caperucita" para levantar el nuevo centro de enseñanda secundaria. Destruyeron el mirador donde volaba el cachirulo y me comía la mona de pascua, donde nos refugiábamos debajo de los algarrobos cuando llovía para construir una urbanización de adosados llamada 'Miramar'. Destruyeron también campos extensos de naranjos (esto ha sido este año), cercaron una granja que cría (¿criaba?) ovejas e hicieron desalojar a los poco vecinos que allí dormían para hacer la expansión de Torrente llamada 'Parc Central'. Arrasaron también con otros camos de naranjos (esta ve habían rodeado mi cole toda la vida) porque quieren construir un centro comercial... como si no tuviéramos bastantes por los alrededores.

Me indigné en su día pero no pude hacer nada. Era pequeña (tonta) y casi no me enteraba de las cosas. Sólo veía cómo iban destruyendo mi barrio, mi pueblo, mi ciudad. Ahora me indigno con nuevas ocurrencias de arquitectos y ayuntamientos que sólo miran a su bolsillo.

¿Qué puedo hacer yo? Casi nada. La mayoría de los terrenos que hay con bosque son propiedades privadas que, con los años, van decidiendo urbanizar ese suelo. Así es como en el último més han talado 80 árboles (por ejemplo). Desde la Asociación de Vecinos de El Vedat se reivindica esta actividad -ilegal- y hace un llamamiento a los vecinos. Atentos también al mensaje del Hotel Lido: "un hotel en plena naturaleza".

Intenté poner unas fotos aquí en blanco y negro pero al escanearlas no se aprecian muy bien. Intentaré arreglarlo. Aún así, os dejo con el enlace a mi barrio, para que lo veáis y juzguéis por vosotros mismos en los mapas de Google.




5 comentarios:

Anónimo dijo...

Encadénate como la condesa

Anónimo dijo...

Ei, pues no creas, lo había pensado.

Anónimo dijo...

lo q pasa es que me olvide de que era baronesa... vaya, ya no vale

Anónimo dijo...

Zoedad... se te va la pinza!!! JAJAA. Besos!!!

Anónimo dijo...

En parte sí que se me va la pinza pero ante este desorden de nuestra sociedad habrá que hacer algo, no? Lo primero y más importante es darse cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor. A partir de ese momento, ya podemos movernos y actuar.

PD: ¿alguien tiene el móvil de la baronesa? ¿Creéis que a partir de ahora será figura clave en las reivindicaciones medioambientales?

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