Ya comienzan, ya. Los exámenes están a la vuelta de la esquina. El mes de Agosto es quizás, de los doce meses, el que más rápido me vuela. Tengo una referencia a partir de la cual, una vez pasado el día de mi cumpleaños y con el comienzo del estudio en la bibliote, la caída es más rápida hacia Septiembre.
Y este año adelanté la fecha. No mi cumpleaños, sino el comienzo del estudio. Ayer día 1 comencé. Sí, me pasé con un amigo por la biblioteca (mal de muchos consuelo de tontos, dicen).
Cada año lo paso peor en época de exámenes. Me pongo más nerviosa, con más estrés. Paso de comer a no comer con la misma rapidez que un águila ataca a su presa. Impriosante, aunque no soy a la única que le pasará, seguro. Pero es que realmente yo no era así. Siempre me lo he tomado con muchísima calma (una calma chicha de la hostia). Ahora no. Estamos a comienzos de mes y ya pienso que no llego. Que dos asignaturas de mierda no las supero.
En realidad todo esto viene en parte por haberme adelantado a los resultados. Nunca presumas de tener un resultado cuando aún estás inseguro. A la asigantura que me dejé adrede y pensando en que durante el mes de Agosto no sería tan complicado estudiar y leer sobre la historia del cine, se sumó el factor sorpresa fue otra optativa que no me venía en mente. Error. ¿Superé la superstición de llevar una asignatura arrastrando del año anterior? Lo veremos en pocos meses. Al menos, a lo que se refiera a troncales me ha salido la jugada bien (saben que tú, Mana, no estarás el año que viene para ayudarme).
Sólo eso. Necesitaba escribirlo. Necesitaba contárselo a alguien, aunque ya me desahogué allá por Junio, cuando destrozaba capuchones de Bic, incluso conduciendo... De fondo, Cuando los elefantes sueñan con la música (Radio 3).
1 comentario:
Hola...yo estoy igual...
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