¿Cómo darle un toque especial a un domingo cualquiera? Muy sencillo. Cogiendo el coche a las 12 de la noche y dirigiéndote a unos 60 kilómetros de tu pueblo para asistir a un concierto.
Ayer a las 16:30 recibí un mensaje de móvil proponiéndome la idea y unas ocho horas después poníamos rumbo a Gandía al concierto de Habana Blues Band. Dos palabras: ge-nial. Aunque estábamos rodeados de quinceañeros intentando pasar por veinteañeros, fumando y bebiendo cubatas, el ritmo cubano de esta banda hacía olvidar cualquier pena y todo los factores ambientales anteriores. Tocaron temas suyas del disco y temas compuestos en solitario por cada uno de ellos. Pero complementando la noche de domingo, de vuelta a casa (tres de la madrugada), el ritmo de Opus con la canción Life is life continuó el rito de quedarse sin voz esa noche. Después, El Canto del loco (primer disco) hizo todo lo demás. Ay, qué locura es ser estudiante. Ay, qué locura es ser joven.
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