[Este post será algo egocéntrico, lo aviso] Sentada frente al ordenador, con mis vaqueros nuevos, la camiseta del pijama (una simple camiseta de manga corta de las de toda la vida, que suelen venir enormes aunque en la etiqueta marquen la XS) y con el pelo algo despeinado de tanto 'arrugarlo' con mis manos, me preguntó que carajos hago aquí, escribiendo, si son las 2:43 de la mañana y tengo un sueño de muerte. Lo que pasa es que os quería contar cómo fue mi Semana Santa, pero creo que podré resumirlo en dos palabras: sin padres.
Efectivamente, tuve unas vacaciones 'algo' relajadas, y es que a mí la soledad me gusta (supongo que hasta un cierto punto, como a todo el mundo). Si del viaje a Cophenague me traje un bonito 'segundo' esguince, como el médico determinó; de esta Semana Santa me quedo con las partidas al Megapoli (que no Monopoli), los cubatas de Ron y aquella barbacoa en mi casa.
Sobre las barbacoas, nada puedo aclarar ya. Todos sabemos en qué consisten, cómo surgen, cómo se desarrollan y cómo acaban. Así que ahorraré líneas absurdas a mis lectores y seguiré con mi narración. Como iba diciendo, las barbacoas están a la orden del día, los cubatas de Ron también, aunque he de decir que el Ron era cubano (de pura cepa) y que, cómo no, acabamos riéndonos por los suelos (es lo que me pasa cuando bebo...). Es lo que tiene los 'rones' de verdad. Pero creo que nadie sabe en qué consiste el Megapoli, y si así es, me arrodillaré ante el figura que lo haya probado antes que yo.
En este juego tú eres un móvil y las casas o calles ahora son compañías. Puedes joder a la gente subastando o absorbiendo dichas compañías, con lo que el juego puede dar para muchas, muchas horas. El fin llegará cuando uno de los jugadores logre llegar a la casilla de 'Salida' con un set de compañías completo (hay varios diferentes, según color y dinero que cueste). Para todo lo demas (Master-Card)... jajajaja... es coña, es coña, es que me ha venido a la mente. Decía que por lo demás, es como el Monopoli.
Creo que el sueño que llevo arrastrando es por las partidas interminables hasta altas horas de la madrugada, todos en una casa, unos en pijama, otros en vaqueros; unos con Redbull, otros con Ron; un perro durmiendo casi doblándose el cuello; y un tobillo que aún se resiente. PD: ese mismo perro que es tan mono cuando duerme (porque se le cae la cabeza, no por nada más) se ha comido hoy una zapatilla mía... Cuando lo pille.
PD2: hoy curré, mañana volveré a currar, pero ya no curraré hasta que no me salga otra oferta. ¿No sentís pena por mí? ¡¡Necesito dinero!! Darme trabajo... xD
PD3: suele pasarme a menudo pero me doy cuenta de los juegos de palabras bastante tarde. Estas fiestas descubrí el por qué de SEMANA SANTA [ahí lo dejo]. PD4: hubieron un par de intentos de ir a la playa que, por cierto, coincidían con los días que salía nublado/a punto de llover... Actualización 23/4/96 (21:20 h.): Volviendo esta tarde del trabajo he vuelto a ver los cachirulos/cometas sobrevolando el cielo y he recordado viejos tiempos. Viejos porque se trata de unos 10 años atrás (quizás menos, quizás más), en los que mi padre me enseñó a volar el cachirulo mientras nos reuníamos más amigos a comernos la 'mona de pascua' en pleno monte. Pleno monte que que se convirtió con los años en una urbanización de adosados... A lo que iba. Mi padre me compró un cachirulo de los de verdad, de los de toda la vida, de madera y papel ese de colorines... y volaba muy alto hasta que una ráfaga de aire lo tiraba al suelo, pero aún así, lo pegábamos con celo y volvía a resurgir como el Ave Fénix... qué tiempos aquellos... (esto daría para otro post... ufff)